jueves, 6 de enero de 2011

AMOR ETERNO, AMOR DE MADRE, OXITOCINA Y PROLACTINA.



Muchas veces he escuchado el comentario de que el amor de madre es único, un amor desinteresado, sublime, candoroso, que perdona, que justifica y que se intensifica aún mas cuando el hijo(a) se encuentra en algunas situaciones de peligro o dificultad.

Pero, ¿Por qué nosotros lo hombres, los que tenemos descendencia, no tenemos la misma intensidad del amor que profesan las madres para con sus hijos? , ¿Por qué nuestra preocupación es menos intensa que la de una madre, cuando están enfermos?, ¿ Por qué cada vez que se tropiezan , uno replica :”ya, Levántate!!!” , mientras que una madre , se acerca al crío , lo abraza, lo besa , lo limpia y le dice : Ten más cuidado. En fín, podemos enumerar infinitas situaciones donde se resalta el comportamiento singular de una madre para con sus hijos. Conducta que muchas veces ha sido vilipendiada y/o no reconocida por los propios hijos y mucho menos de la sociedad actual.

El amor maternal, así como las distintas manifestaciones de los sentimientos y conductas humanas, son el resultado de una compleja combinación de hormonas y neurotransmisores enhebrados con algunos factores externos, ya sean estos culturales y/o sociales. De acuerdo a recientes estudios científicos, El amor maternal se genera gracias a la producción de dos hormonas la Oxitocina y Prolactina.

La Oxitocina es una hormona relacionada con el amor y las emociones positivas. El Centro de Estudios NeuroEconomicos, en California (E.E.U.U), realizó una prueba a varios voluntarios rociándoles Oxitocina. Lo que se descubrió es que ellos estaban más dispuestos a confiar su dinero a un extraño. La Oxitocina se relaciona con el apego, lo que hace que la relación perdure. La Prolactina es la encargada de producir la leche materna, para garantizar la salud y bienestar del neonato.

Pero ¿en qué momento producimos más Oxitocina?, es algo interesante, pues producimos más, en el orgasmo, en las interacciones sociales placenteras, durante el parto y la lactancia. Nuestro diseño es espectacular, y la relación madre e hijo está estructurada especialmente que se hace más fuerte cuando el bebé inicia el proceso de succión de la leche materna ( que genera Prolactina y esta a su vez la leche materna). Los Científicos pueden reconocer un periodo sensible pocos minutos después del parto, en el que el recién nacido, está extremadamente receptivo al tacto y olfato, que colocado sobre el cuerpo de su madre, éste, puede llegar solo al pezón y empezar a succionar de manera intuitiva. En cuanto a la madre el neonato es un agente que produce sonidos, caricias y olores que activan toda la neuroquímica del Amor proveniente de su cerebro.

Según esto, simplemente se necesita que el recién nacido succione los pezones para que la madre produzca Oxitocina y Prolactina, dos hormonas que benefician a ambos y los vinculan estrechamente para toda la vida. Es una relación especial que no se compara con otras relaciones humanas, además se ha comprobado que el desarrollo del cerebro humano depende de interacciones externas, en particular la relación de afecto con los seres más cercanos. Estos factores de carácter afectivo forman o moldean las misteriosas e intricadas redes neuronales.

Ahora comprendo, lo que comentaba mi querida esposa al tener a nuestros hijos bajo su regazo, alimentándolos: “Es una sensación extraordinaria, indescriptible sólo quiero verlos alegres, sanos y fuertes”, manifestaba. Sin saberlo, sus expresiones obedecían indefectiblemente a todo el proceso que magistralmente ha sido diseñado para lograr una relación sana y garantizar desde los primeros instantes de vida del ser humano, la capacidad de ser feliz y generar núcleos familiares fuertes , que coadyuvarán a fomentar sociedades más sensibles y obviamente más humanas.


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http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Amor/madre/solo/quimica/elpepisoc/20080713elpepisoc_1/Tes

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